“La Doce es una sucursal de la Federal”

Confira a matéria publicada no Diário Olé desta sexta-feira.

BASTA DE VIOLENCIA

“La Doce es una sucursal de la Federal”

El Uruguayo Richard Laluz Fernández hoy, haciendo la recuperación en un hospital.
El Uruguayo Richard Laluz Fernández hoy, haciendo la recuperación en un hospital.
El Uruguayo Richard dice que Di Zeo mandó a matarlo y que la Justicia no investiga por la banca policial y política de Rafa. Y que Mauro es el jefe por Lo mismo.
De aquel hombre que daba miedo con sólo nombrarlo, hoy queda la mirada desafiante. Hace cinco meses la vida del Uruguayo Richard William Laluz Fernández cambió drásticamente. En la madrugada del 12/3/11, en Cocodrilo, recibió tres tiros por la espalda en otro capítulo de la interna de La Doce. Desde ese día, la causa judicial casi no se movió. Y el Uruguayo, en la primera nota que da tras aquel episodio que lo tiene aún en el hospital, dice que eso sucede porque quien lo mandó a matar tiene altos contactos políticos y policiales. Y da su nombre y apellido: Rafael Di Zeo.

“Esa noche eran 20. Llegué y quise acercarme pero Fernando Di Zeo me dijo ‘salí de acá, con vos está todo mal’. Me di vuelta y siento unos tiros. Miro para atrás y veo a Gabriel Melo, alias Polilla, chofer de Rafa, con la pistola. Hago dos pasos y me caigo. Ahí Tyson me da un botellazo en la cabeza y el resto patadas gritando “matémoslo como una rata”. Esto fue orden de los Di Zeo. En la barra nadie hace nada sin su consentimiento.

-De ahí a que lo puedas probar...

-Ofrecí las pruebas pero la Justicia no hace nada porque tienen el acuerdo con la política y la Policía. Siempre fue así La Doce, una sucursal de la Federal. Con Rafa, con Mauro. Laburan para el Gobierno, la protección viene de ahí. Y me quieren bajar para que no hable. Responsabilizo a los Di Zeo por cualquier cosa que me pase.

-Vos gozaste de esa protección, mientras estabas ahí tu pedido de captura no saltaba nunca.

-Es verdad. La Doce pagaba por mí libertad. ¿Sabés por qué? Porque al lado mío nadie los tocaba. Me garpaban por cuidarlos, porque cuando yo salí de prisión, Boca corría en todos lados y cuando se supo que estaba yo con mis pibes, nos tenían terror, había llegado el Uruguayo, el que manejó durante 11 años el penal de Devoto. Ahora me reemplazaron por la Policía, a la que llevan hasta en los micros. Les salvé la vida tres veces y me mandaron a matar por la espalda estos cagones.

-¿Por qué hicieron eso?
-Porque yo había salido de prisión y s
e decía que iba por la barra de nuevo. Y me tienen miedo en serio. Me tiraron de atrás porque de frente no podían ganarme, no me duran un minuto. Hoy Rafa quiere ser presidente, Mauro se la lleva toda del club y yo estoy así. Por eso ahora hablo, porque rompieron los códigos: me mandaron en cana, casi matan a mi hermano el día del Parque Lezama, me secuestraron a mi hijo y me pegaron tres tiros. Ahora los quiero presos a todos. Maldito el día que entré a La Doce: el mundo del delito tiene códigos, el de los barras, no.

-¿Tanto deja una barra para matar por ella?

-Preguntate cómo tienen lo que tienen sin laburar. Ahí chorean por todos lados con la Policía, los dirigentes y los políticos.

-Vos te llevaste la tuya. Y debe dejar, porque pasaste del delito común al otro delito, el de ser un capo barra.

-Y, yo me llevaba una moneda, tampoco voy a hacer gratis que La Doce sea otra vez la más poderosa. Ellos son tan cagones que en el Mundial 06 les dije: “Vamos y les plantamos la bandera de Boca a los de River en el medio”. Y no quisieron los cobardes. Si vos sabés que la barra la gané yo, no Mauro, y como temblaba me mandó a la Policía. Maldito el día que les conté que tenía el pedido de captura. Si no fuera por eso, yo era el jefe.

-No entiendo de qué te quejás. Vos sos de la gente que nadie quiere ver más en una cancha. Tuviste una vida de delincuente y te cabe el refrán: “El que a hierro mata, a hierro muere”.

-Si hubiesen venido de frente, me la bancaba. Pero no lo hicieron: sabían que si arrancaba, los mataba a todos. Porque soy... irrompible. Yo estuve con San Pedro y ahora estoy hablando con vos, ¿entendés?

-¿Es una amenaza para ellos? Porque de vos se dice que sos el demonio en persona.

-Sí, soy el monstruo que todos pintan. Manejé pabellones, penales, la cana me ve y me tiene miedo. En cambio los barras son todos panchos que necesitan, como en La Doce, andar con la Policía para que no les pase nada. Pero que se queden tranquilos ésos, no los voy a matar que es lo que se merecen. Si en este país hay Justicia, los voy a mandar presos.

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